Los periódicos llenaron sus portadas con sus frases celebres, la red se lleno de condolencias, de webs en negro y de sentidos pésames en Facebook.
Nuestra sociedad tiende a crear líderes y si estos además de ser auténticos gurús en su campo además tienen una historia de superación detrás (como Steve Jobs) ya cuentan con todos los elementos para ser venerados.
Es curioso como las nuevas tecnologías se están convirtiendo en el nuevo origen de los grandes ídolos de masas, como Zuckerberg, Jobs y Gates. Puestos a admirar a alguien, está claro que es mucho más productivo decantarse por personas emprendedoras que dedican su vida a la innovación, que por Justin Bieber (con todos mis respetos). Pero a pesar de ello, estamos sobredimensionando la importancia de algunas personas.
Siempre he huido del fenómeno fan en cualquiera de sus facetas, considero que si endiosas algún personaje, finalmente te terminará decepcionando porque no dejan de ser personas con sus muchas virtudes, pero está claro que con defectos.
Steve Jobs revolucionó el mundo con sus creaciones, pero sobretodo por saber venderlas, por ser un auténtico gurú del marketing tanto de sus productos como de si mismo. Pero hoy, tras su muerte, el mundo sigue girando, al igual que mañana. Apple seguirá en pie, sería bastante decepcionante que una gran multinacional se hundiera solo por la falta de un líder carismático, aunque torres más altas han caído por motivos similares…
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